Dreaming

Dreaming
Dulce Chávez

Infidelidad en viernes.



Ese viernes no estabas en casa, tuvimos un pequeño malentendido, puesto que aun me sentía mal contigo por el regalo que me prometiste para mi cumpleaños; sé que nuestra filosofía va más allá de simples presentes y mucho menos le damos importancia a los cumpleaños, sim embargo prometiste la mejor botella del más delicioso whiskey. Habían pasado ya tres días y no llegó mi botella de whiskey.

Discutimos, me alteré. En cuanto saliste de la habitación corriendo como un loco, me dejaste llorando cual bebe desesperado. Me encontraba medio desnuda, apunto de estallar en una especie de rabieta que comencé a rodar por la cama sin sábanas.

Corrí a la cocina desesperada, en una de las alacenas guardaba una cajetilla de los cigarrillos más finos con olor a chocolate. Prendí uno. La relajación pronto se apoderó de mi. Me quedaría dormida sino abría los ojos...

Sonó el timbre de la casa, quién podría ser a esta hora, nadie acostumbra a visitarme tan tarde, a no ser que fueras tú. Si así era, tú simplemente pedirías disculpas y yo me entregaría a ti, correríamos hasta la cama, seré tuya de nuevo.

No eres tú, no importa, es una gran amiga, la conozco desde que somos adolescentes. Y qué es esto, por Dios, si viene acompañada de un gran sujeto, me alegro por mi amiga, al fin se ha encontrado un buen prospecto.

-Vamos a la cocina- me pide ella.

No es su pareja, es sólo un amigo, yo ni siquiera me había percatado de la condición en que me encontraron, es decir, medio desnuda, apunto de hacer una rabieta y sedada por el cigarrillo.¨

Él me mira provocativamente, me deslizo hasta sus brazos, es tan elegante... me dejo llevar por el momento, no había notado la pasión de su mirada hasta que comenzó a besarme. Era justo lo que necesitaba en ese momento, un consuelo, algo que tú jamás pudiste darme.

Desearía tanto que estuvieras presente, mirando como me entrego lentamente a alguien ajeno.

Ella me mira desconcertada, no era su prospecto, aun...

-Únete al baile...

Los tres nos encontramos embriagados, llenos de placer, sin culpas o remordimientos. Él ha demostrado tener más pasión por mí de la que tú podrías tener durante toda una eternidad.


Quizá en un futuro recuerde esto y me arrepienta, a decir verdad las cosas suceden por algo, no es que no quiera admitirlo, pero muy en el fondo me duele pensarte.




Dulce Chávez


No hay comentarios: